Estaba justo enfrente del extraño vagón, nada madrileño, que parecía invitarme a entrar. Dudé, por su raro diseño y por estar tan vacío como el andén al que, sin saber cómo, había llegado. No recordaba tantos niveles en la estación de Oporto. Pasé. Puertas cerradas, fogonazo, puertas abiertas. Averiado, supuse. Volví a la calle. Asombrado, contemplé la ciudad de Oporto a mis pies. Callejeé durante horas y, tal como esperaba, el viaje funcionó a la inversa. Salí por General Ricardos. Mañana, pensé, cojo el bañador y pruebo en Ibiza, o mejor, en Pacífico. Y pasado, iré a Las Musas ¡y me haré escritor! ~ ~ O ~ ~
Telemetro
Escrito que presenté en un concurso de microrrelatos organizado por Escuela de Escritores para Metro de Madrid: II Certamen Literario Metrorrelatos. Requisitos: que empezara con "Estaba justo enfrente" y que tuviera cien palabras máximo. Mi propuesta jugaba con nombres de estaciones de metro de Madrid.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
Dos palabras, una expresión, que podemos usar para hablar del sentido de la vida: carpe diem . Según el diccionario de la RAE, carpe diem ... -
Paseando, mirando desde un banco mientras descanso, furtivamente desde el otro lado de la ventana de una cafetería, observo. Contemplo ...
-
Oculto a nuestra confortable cotidianeidad (pido permiso para utilizar el término confortable desde el punto de vista de un humano medio an...
No hay comentarios:
Publicar un comentario